Paola, La Ayudante Divina

Después de que Jeanne regresó, el estado mental de Edward había cambiado obviamente.

Teddy pensó que el Cuarto Maestro estaría deprimido por el resto de su vida, pero vio cómo el Cuarto Maestro y la Señora bajaron las escaleras con buen humor.

—Teddy —Jeanne lo llamó.

—Señora.

—Consígale algo de comer a tu maestro —instruyó Jeanne.

—Está bien, enseguida voy —Teddy aceptó rápidamente.

Jeanne se sentó en el sofá con Edward y encendió la televisión con calma. La televisión estaba en el canal de animación, y actualmente estaba reproduciendo Peppa Pig.

—¿Le enviaste a Paola a Finn? —Jeanne le preguntó a Edward.

La mirada de Edward estaba fija en ella.

Aunque los dos habían hecho las paces y Jeanne le había dicho que había dejado ir todo su odio, Edward todavía parecía no creerle.

Desde hace un rato, cuando ella le dijo que tomara una ducha y se afeitara, él había estado temiendo que ella huyera de repente, así que mantenía un ojo en ella. Ni siquiera parpadeó.