Él agarró el secador de pelo de nuevo y secó el cabello de Paola suave y cuidadosamente.
—Padrino, ¿estás feliz? —Incluso Paola pudo sentir su alegría.
—Mm —respondió Finn, sin intentar ocultarlo.
—¿Estás tan feliz por la madrina?
—Sí.
—¿Mi padre está molesto porque mi madre huyó de casa? —preguntó Paola.
De repente, ella pareció recordar a su padre y se sintió un poco triste.
Finn notó la tristeza de Paola y la consoló:
—No te preocupes, tu madre ya volvió a casa.
—¿En serio? —Paola estaba muy emocionada—. Pensé que mamá se había ido con el hermano y no me quería más.
—¿Cómo podría tu madre soportar abandonarte? —Finn secó el cabello de Paola y acarició su suave cabello—. Tu madre ama mucho, mucho a tu padre. ¿No lo dije antes?
—Sí —Paola asintió con entusiasmo—. ¿Puedo ir a ver a mi mamá ahora?
—¿Olvidaste nuestro acuerdo, Paola? —preguntó Finn.
Sin embargo, ella extrañaba tanto a su madre... pero sentía que su padrino la necesitaba más en ese momento.