—¡Mira cómo, por fin admites que lo odias! —Monica estaba muy herida—. Trabajé tan duro para llevar a tu hijo, y tú te preocupas por si llevo a un niño o una niña. Finn, ¿cómo puedes hacerme esto? ¿Cómo puedes–
—¡Maldita sea! —Finn detuvo el coche de repente a un lado.
Monica miró la enojada expresión de Finn y dijo:
—Mira, estás enfadado.
Finn abrió enojado la puerta trasera del coche y se sentó dentro.
—¿Todavía quieres pegarme? —Monica miró a Finn, la cara llena de agravio.
Sin embargo, Finn levantó la barbilla de Monica y le dio un beso profundo.
El corazón de Monica se aceleró. Finn estaba siendo más proactivo, y ella... le gustaba. Por lo tanto, en ese momento, envolvió sus brazos alrededor del cuello de Finn y le devolvió el beso.
Se besaron apasionadamente hasta... que Finn la apartó. En ese momento, todo el cuerpo de Finn se tensó, y sintió que pronto no podría aguantarse más.
Dijo con voz ronca:
—No me seduzcas.