Benjamín tomó su mano, llenando ambas palmas con calidez.
En realidad, Shelly estaba muy nerviosa. Cuando pensaba en lo que iba a pasar esta noche, le resultaba un poco... difícil controlarse.
Aunque no era la primera vez, ya que lo había hecho dos veces con Nox, había borrado automáticamente esas dos veces de sus recuerdos. Para ella, las dos veces con Nox solo podían considerarse apareamientos, y se obligó a sí misma a no pensar en ello nunca más.
—¿Qué pasa? —Shelly miró a Benjamín y se sorprendió un poco.
¿Estaba él más nervioso que ella? Debería ser la primera vez de Benjamín, ya que aún estaba estudiando y nunca había salido con una chica.
—Shelly, tengo algo que decirte. —Benjamín reunió su valor.
Tenía miedo de que cuanto más esperara, más difícil sería para él decirlo.