Finn se acercó más al oído de Mónica y susurró tan suavemente que solo los dos pudieron escucharlo. —Me refería en la cama.
Monica estaba originalmente en mucho dolor, pero cuando escuchó las palabras explícitas de Finn, su rostro se puso rojo al instante. ¡No podía creer que él estuviera pensando en acostarse con ella cuando estaba de parto!
—Este desgraciado. ¡B*stardo!
—Sra. Jones, intente empujar hacia abajo. No grite demasiado. Simplemente respire y canalice su aliento hacia abajo. Vamos a intentarlo, ¿sí? —La partera persuadió—. Creo que pronto podrás dar a luz al bebé.
—Ugh… —Mónica apretó los dientes y siguió adelante porque sabía que Finn no le haría una cesárea.
Además, lo había pensado con claridad. Un hombre sabio no lucharía cuando las probabilidades estuvieran en su contra, así que se lo tomaría con Finn después de que todo estuviera hecho. Si discutiera con él ahora, ¡ella sería la que sufriría en cambio!