Perdidos en el Reflejo

Una corriente de sombras se derramó en el pasillo, sumergiéndolo en una oscuridad total. La luz de las piedras preciosas resplandecientes fue engullida y desapareció sin dejar rastro, volviéndolas lúgubres y sin vida.

Sunny había convocado una horda de vastas y antiguas sombras para hacer el trabajo. Esas viejas sombras eran insondables —hubiera hecho falta una fuente de luz igualmente potente para disiparlas. Las gemas habían sido creadas de la mente del Demonio de la Imaginación, es cierto... quizás habrían ahuyentado la oscuridad si las sombras estuvieran solas.

Pero estaban en presencia de su Señor, y eso solo las hacía mucho más tiránicas.

Unos momentos después, un largo tramo del pasillo se había vuelto completamente carente de luz. El espejo infinito de sus muros ahora era opaco y vacío. Nada se reflejaba en su tenue superficie, y ningún reflejo atormentaba el santuario oculto.

Sunny dejó escapar un suspiro silencioso.