Corazón de Invierno

La ventisca manifestada por la Bestia del Invierno era como un cataclismo rodante, con vientos devastadores que llevaban una masa hirviente de nieve giratoria y diminutas partículas de hielo. Cerca de su corazón, las partículas de hielo eran como una miríada de cuchillas afiladas como navajas, desgarrando cualquier cosa que no hubiera sido congelada ya por el frío profano.

Cada uno de los innumerables fragmentos de hielo había sido parte de alguien asesinado por la ventisca alguna vez, tal vez.

Y, sin embargo, reinaba una paz absoluta en el corazón de la tormenta. Una vasta área más allá del muro de la fortaleza invisible de frío sofocante estaba completamente desprovista de viento, nieve y hielo… todo estaba perfectamente inmóvil, como si nada pudiera moverse en este reino helado, ni siquiera los vientos de la propia ventisca.