—Menos de un minuto después —una vasta franja del pantano helado se había convertido en una escena destrozada de devastación. La nieve pura blanca había sido arrastrada, el hielo estaba roto y destrozado, sus fragmentos flotando en el agua negra como vidrio sucio. El propio agua estaba inquieta, hirviendo y ondulando por los furiosos movimientos del Cazador y el gas escapando.
El pantano intentaba tragarse a la abominación frenética, pero terminaba siendo golpeado por él en su lugar. El demonio se hundía más profundamente de vez en cuando, pero luego se arrancaba del abrazo insidioso del pantano... aunque esa lucha permitía a Lluvia sobrevivir hasta ahora, no era suficiente para otorgarle la victoria. Ella respiraba trabajosamente.