El segundo pasaje que le interesó especialmente era mucho menos poético, pero tentaba a Sunny mucho más. Eso era porque mencionaba a los otros demonios... sobre todo, al nebuloso Demonio del Destino.
Las runas decían:
—Los dioses crearon todas las criaturas vivientes, pero no todas las criaturas que crearon llevan un linaje divino. Solo aquellos nacidos de los dioses lo llevan, y aquellos nacidos de sus descendientes. ¿Por qué nos han prohibido a nosotros siete engendrar descendencia? ¿Por qué estamos destinados a la soledad?
—¿Es porque somos del Olvidado, que duerme en el Vacío?
—¿Dónde está el Vacío, y dónde está su Portal? ¿Cómo entró Tejedor en él, y qué vio Tejedor?
—¿Por qué decidió Tejedor romper la voluntad de los dioses y crear un linaje?
—Sangre, hueso, carne. Alma, espíritu, mente. Y sombra.
—Los dioses descubrirán la transgresión, pero no pueden.