Una vez más, Sunny recordó el escalofriante encuentro con la criatura que había llegado al Túmulo Ceniciento desde la niebla. Al igual que en el oscuro laberinto en el precipicio del Inframundo, había sobrevivido a ese encuentro manteniendo los ojos cerrados por consejo de Cassie.
La criatura había sido insidiosa, sin embargo, intentando engañarlos para que abrieran los ojos. Esa fue la primera de las muy pocas veces que Sunny había encontrado una abominación capaz de hablar humano…
Pero ahora, mirando hacia atrás en aquella noche temible, Sunny no podía evitar dudar si realmente había hablado. Repasó cada una de las palabras que había dicho la criatura.
Su expresión se congeló lentamente.
Ahora que lo pensaba... ¿no era así? Cada palabra que usó fue una que Nephis, Cassie o Sunny habían dicho ellos mismos.
El ser de la niebla había robado sus palabras, igual que había robado la voz de Cassie. Como un reflejo retorcido.