Vuelve a la Orilla Olvidada

La desolada extensión de la Costa Olvidada yacía frente a Sunny, envuelta en oscuridad.

El cielo negro era vasto y vacío. No había estrellas, ni luna, ni sol que poblara el abismo sin luz, haciéndolo parecer ilimitado. Ante la eternidad hueca de su insondable grandeza, Sunny no podía evitar sentirse indescriptiblemente pequeño.

Debajo del cielo negro, se extendía un páramo yermo hasta donde la vista alcanzaba. La Costa Olvidada había cambiado, volviéndose casi irreconocible... el Terror de la Espira, Sol Sin Nombre, estaba muerto, y el interminable mar de coral carmesí que había nacido de ella también había desaparecido, reemplazado por polvo cenizo.

La oscuridad que envolvía la extensión desolada era absoluta. Pero era simplemente la ausencia de luz, no la oscuridad verdadera que habitaba en el abismo del Inframundo. Por lo tanto, la mirada de Sunny podía atravesar su velo sin restricción.

La Costa Olvidada... se había convertido en una tierra de sombras.