Devastación

La batalla por Puertorío comenzó al atardecer.

...Para cuando el sol se alzó una vez más desde detrás del horizonte, la antigua fortaleza había desaparecido.

Las imponentes puertas de las grandes esclusas estaban dobladas, rotas y arrancadas de sus bisagras. Los muros inexpugnables se habían desmoronado. Las armas de asedio encantadas habían sido reducidas a polvo.

El río, que había sido contenido por la inmensa presa durante miles de años, se había liberado y se precipitaba hacia el lejano mar.

La devastadora inundación había demolido las humeantes ruinas y había borrado las huellas de la terrible batalla. El lago artificial alrededor del cual la ciudad había sido construida se secó, dejando al descubierto sus laderas fangosas. La cuenca del río debajo de los acantilados, por el contrario, estaba inundada.