Material de leyendas

Allí, frente a ellos, la jungla se abrió y reveló una vasta extensión de hueso blanco. Estaba casi completamente inundada, pero el agua era tan poco profunda que apenas alcanzaría las espinillas de un humano. Lo más sorprendente de todo, el claro inundado estaba completamente desprovisto de la infestación escarlata: no había árboles, ni enredaderas, ni hierba, ni musgo...

Era como si la jungla antigua tuviera miedo de acercarse más a la colina oscura que se alzaba en el corazón de la extensión vacía y retrocediera con temor.

La colina en sí era alta y de forma extraña, sus pendientes oscuras y estériles. De vez en cuando, extrañas ondulaciones se extendían desde ella a través del agua poco profunda, llegando hasta el borde de la jungla. Como si algo enorme estuviera respirando en algún lugar detrás de la colina, el peso medido de sus respiraciones reverberando en los huesos antiguos.