—¿Quién me detendrá?
Esta simple frase que Nephis había pronunciado escondía muchos significados y llevaba consigo mucho peso. Aunque muy pocas personas la conocían lo suficiente como para entender la verdadera carga de estas palabras, eran una proclamación de quién era ella, y lo inflexible que era su voluntad, también. Era su desafío desafiante al mundo, llamando al mundo a venir e intentar detenerla... si se atrevía.
Pero, al mismo tiempo, había un significado mucho más obvio en lo que Nephis había dicho.
Primero, estaba insinuando que Seishan y los Santos de Canción no tenían otra opción que luchar contra ella, porque una vez que Nephis entrara en la batalla y desatara sus llamas sobre el Ejército de Song, solo ellos podrían contender contra ella.
Al mismo tiempo, también le estaba diciendo a Seishan algo más. Era que nadie podría impedirle entrar en la batalla... excepto dos personas.
Yunque de Valor y Ki Song, los Soberanos de la humanidad.