Lluvia pasó las palabras por su lengua. Promesa de un Cielo Lejano… Era un hermoso Nombre Verdadero, aunque no tan feroz y temible como la mayoría de los otros Nombres Verdaderos. El nombre se sentía desconocido, pero extrañamente reconfortante. Como una pieza del rompecabezas que no sabía que faltaba en su alma, y ahora finalmente caía en su lugar, haciendo su alma más… completa.
«Qué sentimiento tan extraño».
Sunny estudió su expresión con un toque de curiosidad.
—Supongo que estás pensando en tu Nombre Verdadero.
Lluvia asintió.
—Sí. Me gusta… creo. Es bonito.
Tampoco era lo que había esperado. Un nombre tan bonito no parecía encajar con ella… su vida no había sido en absoluto bonita, después de todo. De hecho, había sido mayormente arrastrándose por el barro, matando Criaturas de la Pesadilla, y presenciando horrores indescriptibles aquí en Tumbadeus últimamente.
Su hermano se rió.
—De hecho lo es.
Se quedó callado por unos momentos, y luego añadió en un tono más serio: