Saltando de una isla de obsidiana flotante a otra y usando sus alas para deslizarse a través de las brechas más amplias entre ellas, Sunny alcanzó rápidamente un punto de observación desde donde podía ver el torso de la sombra de la Condenación.
Muy abajo, la Sanguijuela se había enterrado en el costado del coloso, habiendo ya consumido una vasta franja de su cuerpo nebuloso. La masa hirviente de oscuridad se retorcía y ondulaba, cientos de bocas horribles mordiendo con hambre en la sombra del Tirano Maldito.
Parecía que al Oscuro no le importaba exactamente lo que estaba devorando —fragmentos de obsidiana, luz brillante, o sombras profundas. Aunque parecía que la Sanguijuela estaba devorando el cuerpo de la Condenación, lo que realmente estaba devorando era la esencia de la Condenación —la misma fuerza invisible e insidiosa que mantenía unido al gran coloso.