Sunny estaba sin maldiciones y sin suspiros cansados. Simplemente miró la calavera inexpresiva por un momento, y luego soltó una corta risa.
—Ah. Ya veo. ¿Eso es todo?
Así que, había sombras antiguas habitando en las profundidades del Reino de las Sombras… sombras tan grandes y vastas que incluso este lugar tardó eones en reducirlas a pura esencia.
Sombras de deidades muertas, tanto divinas como profanas…
Y algunas de ellas habían sucumbido a la Corrupción en el camino, convirtiéndose en seres monstruosos que desafiaban cualquier descripción.
Sunny miró a Eurys.
—Entonces... ¿no se supone que las Criaturas de Sombra se conviertan en Corruptos?
El misterioso esqueleto vaciló por unos momentos.