Sunny se congeló, sintiendo de repente un frío miedo apretar su corazón. Fue una transición impactante de experimentar, desde la fría resolución de acabar con la vida de un enemigo —y toda la confianza que ello conllevaba— hasta la completa inquietud y una penetrante sensación de alarma.
¿Pero qué más se suponía que debía sentir al escuchar una voz incorpórea resonar desde la oscuridad del Reino de las Sombras? A eso se añadía el hecho de que la voz no había hablado en el lenguaje familiar del mundo despierto. En su lugar, había hablado en un dialecto del antiguo lenguaje que usaban las civilizaciones posteriores del Reino de los Sueños.
Aún sosteniendo el afilado fragmento de hueso en la garganta del arquero, Sunny miró cautelosamente a su alrededor. También extendió su sentido de la sombra en todas direcciones, tratando febrilmente de encontrar la fuente de la voz.
No había nadie.
Sintiendo su boca secarse, Sunny se detuvo un poco, y luego preguntó con una voz ronca: