Mucho antes de ser reconocido como el Dios de la Creación, Tian Qiyuan mantenía una bóveda secreta para almacenar todos sus materiales más preciosos y creaciones completas. Dentro de esta bóveda yacían innumerables tesoros de Grado Celestial que nunca había revelado al público, junto con materiales invaluables tan raros que fácilmente podrían desatar una guerra sangrienta.
Durante la era de Tian Qiyuan, muchos especulaban sobre la existencia de tal bóveda de tesoros, aunque ninguno podía probarlo. Sin embargo, justo antes de su misteriosa desaparición, Tian Qiyuan conmocionó al mundo anunciando que había escondido su bóveda en algún lugar de los Nueve Cielos. Declaró que quienquiera que la encontrase podría reclamar todos los tesoros dentro de ella para sí mismos, provocando un alboroto que se extendió por todo el mundo, encendiendo una búsqueda febril que continuaba hasta el día de hoy.