Monasterio Inmortal

—Sí. Aunque al principio no nos interesaba mucho, vinimos aquí tras escuchar sobre el Monasterio Inmortal. Créanlo o no, mis ancestros solían ser discípulos del Monasterio Inmortal—al menos según los registros que dejaron atrás —dijo la mujer de túnica roja, cuyo apellido era Zhang.

—Decidí acompañarla ya que sonaba interesante —dijo el Hada Li.

—¿Y tú, Hermana Menor Tan? ¿Dónde has estado últimamente? Han pasado años desde que supimos de ti —preguntó el Hada Zhang.

—Fui a cumplir mi Pacto de Venganza —dijo ella con calma.

—¿Oh? ¿Finalmente encontraste a ese bastardo que rompió tu corazón? ¿Lo despedazaste miembro a miembro? —Los ojos del Hada Li brillaron con emoción.

—¡Espero que le hayas cortado la hombría! —el Hada Zhang hizo un gesto de cortar con el brazo.

Los ojos de Yuan se agrandaron ante la crueldad de estas damas que traicionaba sus apariencias gentiles.

—Lo encontré, pero la situación es mucho más complicada de lo que pensé —dijo Tan Songyun sacudiendo la cabeza.