Una trampa potencial

—¿Has oído? Algún loco ha estado emprendiendo una guerra contra los Nueve Clanes Inmortales. Ni siquiera puedo imaginar qué tipo de rencor debe tener para llegar tan lejos —comentó el Anciano Jing, su tono teñido de curiosidad e incredulidad mientras se dirigía a la impresionante mujer ante ella dentro del Monasterio Inmortal.

—Con todo el mundo y su madre hablando de ello, sería un milagro no saberlo ya —replicó el Anciano Sol con un tono de absoluto desinterés, como si el caos que sacudía a los Nueve Clanes Inmortales no fuera más que chismes intrascendentes indignos de su preocupación.

El Anciano Jing guardó silencio, su mirada se detuvo en la cara del Anciano Sol—una vez radiante, ahora nublada con un pesar no expresado. La razón de su infelicidad era evidente, pero el Anciano Jing no se atrevió a mencionarla, temiendo que incluso la más mínima mención pudiera profundizar las sombras en el corazón de su acompañante.