La Interferencia del Emperador Celestial

Aunque era tenue, el Señor podía sentir algo tratando de conectarse con la Montaña Espiral del Dragón en la Tierra.

—¡Lo hizo! ¡Él activó el dispositivo desde el otro lado!

Sin atreverse a perder otro momento, el Señor se volvió rápidamente y se adentró en las profundidades de su cueva. Allí, esperando en solemne silencio, se encontraba una plataforma circular y una antigua tableta de piedra. Sin vacilar, él sacó una llave dorada e insertó en la cerradura, su superficie temblando levemente en respuesta.

Sin embargo, a diferencia del dispositivo de teletransporte en el Séptimo Cielo, el de la Tierra apenas emitía algún resplandor debido a la falta de energía espiritual.

Al ver esto, el Señor apretó los dientes y rugió, —¿No suficiente energía espiritual? En ese caso, ¡tomen mi cultivación!

Sin un ápice de vacilación, el Señor canalizó toda su energía espiritual hacia el dispositivo de teletransporte, incluso extrayendo directamente de su Dantian para alimentar su activación.