—Ves había corrido de regreso a la entrada principal de la sede de su empresa. A una considerable distancia, pilas de piezas de mechas rotas y arruinadas ensuciaban los jardines verdes e idílicos del campus de la Guardería de Mechs.
—¡En su afán por destruir cada mecha que se interponía en el camino del Cometa Brillante, Ghanso Larkinson mostraba un absoluto desprecio por el valor de esas máquinas!
—¡Cada una de esas mechas podría haber contribuido a la defensa de la Cortina Nublada! La caída de tantas mechas Avatar y Centinela debilitaba la seguridad de la Cortina Nublada y arriesgaba la vida de millones de ciudadanos y miles de millones de refugiados asentados.
—Ves culpaba en parte a la terquedad de los miembros de su familia. Su valor mal colocado los llevó a mantenerse firmes y dejarse disparar por Ghanso como si fueran maniquíes de tiro.
—¡Los Larkinson ya habían dejado en claro su punto! No tenía sentido seguir permitiendo que sus mechas se destruyeran.