Los Protectores

El Venerable Brutus Wodin nunca esperó mezclarse con los seres inferiores de la galaxia.

Miraba por encima del hombro a los de tercer grado no solo porque eran inferiores, sino también porque eran ignorantes.

Le resultaba demasiado difícil acostumbrarse a la vista de muchachos dando órdenes a mujeres, y mujeres deferentes al género más débil.

¡La sociedad fuera de la sacrosanta Hegemonía estaba patas arriba! Algunos creían que los muchachos eran iguales a las mujeres, ¡o incluso pensaban que eran mejores!

¡Qué burla!

No obstante, su hermana le ordenó sonreír y llevarse bien con los aborígenes.

Dado que ella había vivido entre los seres no iluminados durante años en el Centro y en la República Brillante, ya se había acostumbrado a su comportamiento herético.

Compartió libremente sus métodos con él y le dio algunos consejos para mantener su disgusto embotellado y fuera de la vista.