Contrainteligencia

No importa cuántas alarmas sonaran, la cirugía tenía que continuar. Detenerse en este momento no solo perjudicaría el funcionamiento del implante, sino que también llevaría a complicaciones masivas que ciertamente incapacitarían al paciente.

—¡Asistidme! —gritó la Dra. Ranya a los cirujanos Ylvainan—. ¡Continúen en lugar del fallecido Dr. Lupo y asegúrense de mantener el ritmo correcto! ¡Esta interrupción y demora ya ha llevado a efectos adversos!

Aunque el daño no fue significativo, era muy difícil remediar los pequeños defectos que ocurrieron cuando el proceso de integración de algunos de los bioconectores procedió sin dirección.

No solo tuvieron que prolongar la cirugía para deshacer parte del daño, sino que Ranya también temía que su paciente necesitara mucho más tiempo para recuperarse de la operación.

¡Despertar después de una semana de sueño estaba fuera de cuestión!