—¡Ya volví, cariño! ¿Me extrañaste? ¡Yo sí, hihihi!
Después de otro largo día de reuniones y solución de problemas técnicos, Gloriana entró a su camarote en el Buscador Estelar con una alegría que desmentía su agotamiento.
¡No importaba cuántas dificultades encontrara a lo largo del día, regresar a Ves siempre la animaba! Como un príncipe durmiente, Ves simplemente pedía a gritos un beso.
Gloriana se acercó alegremente a la cama y se inclinó para darle un casto beso en los labios. Olió su rostro y absorbió su fresco y ligeramente húmedo olor.
¡Los bots cuidadores debieron haber refrescado su cuerpo, haciendo que su piel resplandeciera a la luz, según ella!
A veces, le gustaba acurrucarse con Ves cuando él no había pasado por su ciclo de limpieza periódico en un tiempo.
Sin embargo, también le gustaba la variedad. Eso evitaba que cada sesión de mimos se volviera monótona.
—Miau.