Ketis observó desde los márgenes junto con el resto de los asistentes. Esta vez, Afortunado se acercó a su posición, haciendo que lo abrazara.
—¿Qué opinas, Afortunado?
—Miau.
—Ni siquiera sé por qué pregunto. —Sonrió con pesar—. Ni siquiera sé lo que estás diciendo.
Clixie pronto llegó también. Miró hacia Ketis y Afortunado con una expresión curiosa.
—¿Miau?
—¿Quieres que te abrace también?
—Miau.
Como Clixie no pareció rechazar su sugerencia, Ketis levantó al gato orgánico.
—¡Wow, eres tan suave! ¡Tu pelaje es tan esponjoso! ¡No me extraña que a Gloriana le guste llevarte a todas partes!
¡Ambos gatos eran increíblemente adorables a su manera! Por un momento, Ketis quiso conseguir su propio gato.
—Estúpido Ves —murmuró—. Nunca me conseguiste una mascota.
—Miau.
—Miau.
—Oh, adorables. ¡Al menos puedo acurrucarme con ustedes! ¡Son tan cálidos los dos!