Capítulo 38: Fragmentos de la Mente

El protagonista continuaba luchando contra las fuerzas oscuras que amenazaban a Nihonara, pero su mente seguía fragmentándose lentamente debido al precio del milagro que había salvado a Hana. La falta de emociones había evolucionado en una división más profunda en su ser, y su mente se volvía cada vez más frágil.

Fragmentos de su personalidad y de sus recuerdos comenzaron a separarse de su yo central. A veces, el protagonista experimentaba momentos de confusión, incapaz de recordar quién era o cuál era su propósito. En otras ocasiones, sus emociones parecían reaparecer brevemente, pero de manera incontrolable y abrumadora.

Hana, preocupada por la situación del protagonista, lo acompañaba en su lucha constante. Ella se había convertido en su ancla en el mundo, tratando de guiarlo a través de los momentos de confusión y ayudarlo a mantenerse enfocado en su misión.

La búsqueda de respuestas sobre cómo revertir esta fragmentación de la mente se convirtió en una prioridad constante. Juntos, el protagonista y Hana buscaron sabios y eruditos en Nihonara que pudieran arrojar luz sobre su condición y ofrecer una solución.

Mientras tanto, el clon de Demio y las fuerzas oscuras continuaban su avance implacable, amenazando con sumir a Nihonara en una oscuridad eterna. El protagonista, a pesar de su mente fragmentada, seguía siendo un defensor valiente y decidido del mundo que amaba.

La lucha por la salvación de Nihonara se volvía cada vez más intensa y desafiante, y el protagonista y Hana se enfrentaban a un enemigo que parecía insuperable. La pregunta seguía siendo si encontrarían una forma de sanar la mente del protagonista y restaurar su ser antes de que fuera demasiado tarde.