Desfile Fantasma

Al ver cómo se desarrollaba la situación, Connor no se atrevió a actuar precipitadamente. No podía arriesgar la vida de Rachel en esta situación.

—Pero tenga por seguro, señor Connor. Siempre y cuando coopere con nosotros y espere aquí por tres horas, liberaré a esta mujer. Después de eso, si desea resolver el conflicto entre usted y el líder de nuestra Secta de la Luna de Sangre, no me interpondré en su camino —continuó el Gran Anciano.

—Entonces, ¿si espero aquí por tres horas, dejaréis ir a Rachel? —preguntó él suavemente.

—Sí —asintió el Gran Anciano.

—Connor, ¿estás loco? No escuches las tonterías de esta persona. Si ese líder resucita de verdad, hoy moriremos los dos aquí. Es mejor que muera una persona que ambos. No te preocupes por mí, date prisa y deténlo —gritó Rachel, su expresión muy alterada.

Connor la miró brevemente, luego dijo suavemente:

—Está bien. Esperaré aquí tres horas. Incluso si ese líder resucita, todavía tengo una manera de matarlo.