—¿Cómo van los preparativos para el banquete? —preguntó Connor.
—Señor McDonald, ya he preparado un cuarto privado para usted en el segundo piso. No tiene que preocuparse por el resto. Solo descanse en la habitación privada. Cuando le necesite para que aparezca, le llamaré. Solo tiene que mostrarse y decir unas palabras —dijo Noel con una sonrisa.
—Como todos estamos aquí para asistir al banquete, será muy aburrido quedarnos en la habitación privada. ¡Vamos a dar una vuelta por la sala! —dijo Rachel.
—¡De acuerdo!
—Connor asintió, luego se movió para llevar a Rachel hacia la sala.
—Señor McDonald, ¿necesita que lo acompañe? —preguntó apresuradamente Noel.
—¡No hay necesidad!
—Connor agitó su mano y caminó hacia adentro.
—Noel solo sabía cómo hacerle la pelota —pensó Connor—. No quería que una persona así lo siguiera a todas partes.
—Además, había muy pocas personas en Solsby que conocían a Connor, así que él y Rachel eran relativamente libres y podían hacer lo que quisieran.