—Cielo estaba atónito cuando escuchó eso —dijo. Su expresión era extremadamente fea.
Por un momento, no supo cómo responder a la pregunta de Connor.
Connor no perdió más tiempo con Cielo. Se volvió hacia Alberto y preguntó suavemente:
—¿Aceptas mi condición o no?
Alberto tomó una respiración profunda, luego apretó los dientes y le dijo a Connor:
—¡Sí!
—¡Papá! —Cielo gritó cuando escuchó esto.
—Cállate. Si no acepto ahora, entonces todos en la familia Collier morirán aquí. ¡Si quieres morir, no te detendré! —Alberto rugió.
Cielo se quedó congelado en el lugar. Parecía furioso, pero no sabía qué hacer.
—¡Dejaré a estas personas de la familia Collier en tus manos! —Connor miró a Aida y dijo.
Cuando Aida escuchó las palabras de Connor, una expresión extraña parpadeó en su cara. Entre todas las personas presentes, solo Aida sabía lo que Connor quería decir.
Aida caminó lentamente fuera de la multitud y miró a Shereen Stevens y a Cielo sin expresión.