Imperdonable

—¿Las autoridades me buscan? —Juan no pudo evitar mostrar confusión al escuchar esto.

—Sí, las autoridades ya estuvieron aquí una vez pero se fueron al no encontrarte. Probablemente se dirijan a tu casa ahora. Deberías encontrar un lugar para esconderte. La situación de Yamino es realmente seria esta vez —explicó el Señor Cobre con urgencia.

—¿Y usted, Señor Cobre? ¿Qué va a hacer? —preguntó Juan tras un momento de hesitación.

—No tienes que preocuparte por mí. Este asunto no tiene nada que ver conmigo, y yo soy solo un vicepresidente. Dudo que las autoridades se molesten conmigo —respondió el Señor Cobre.

—De acuerdo, gracias, Señor Cobre. Si la familia Yamino logra superar esto, definitivamente mostraré mi gratitud —dijo Juan con sinceridad.

—El Señor Yamino una vez me hizo un gran favor, y lo que estoy haciendo es para saldar esa deuda. ¡Debes irte ahora! —insistió el Señor Cobre con un tono serio.