Esperanza

—No tienes que preocuparte por eso. Después de matarte, mataremos a todos aquí. ¡De esta manera, nadie sabrá nuestro secreto! —dijo Soloman con calma.

Era como si las vidas de los artistas marciales allí no fueran vidas en absoluto.

—¿Matarnos a todos? —Stanley quedó atónito.

—¡Los tres parecen tener la capacidad de hacerlo! —el Señor Marciano apretó los dientes.

Uno de los artistas marciales se dio cuenta de que algo estaba mal y se dio la vuelta para salir corriendo del valle.

Colton movió ligeramente su mano derecha, y el cuerpo del artista marcial explotó instantáneamente. Sangre fresca salió a borbotones, y sus brazos, piernas y órganos internos se esparcieron por todo el suelo.

Cuando todos vieron esta escena, se quedaron petrificados de miedo. Se quedaron inmóviles en el suelo, sin saber qué hacer.

Wilda y los demás ni siquiera pensaron que estarían en peligro.