¡Tres golpes!

Por supuesto, esto no era lo más importante.

Lo más importante era que Connor descubrió que sus ataques no tenían efecto en estas almas.

Por un momento, Connor no supo qué hacer.

Cuando William vio que Connor estaba rodeado por almas, pareció relajarse bastante.

—¡Parece que Connor no es invencible! ¡No puede hacer nada contra las almas de los guardianes! —exclamó William.

William no pudo evitar suspirar.

—¡Puño de la Osa Mayor de Siete Estrellas, Mundo del Dharma! —gritó Connor.

Pero en este momento, Connor rugió repentinamente.

Las almas que originalmente rodeaban a Connor emitieron oleadas de gemidos lastimeros y, casi instantáneamente, se convirtieron en humo negro y se disiparon en el mundo.

Cuando William vio esta escena, quedó atónito. Sus ojos se abrieron con incredulidad.

Pensaba que las almas de los guardianes podían atrapar a Connor, pero no esperaba que Connor las manejara tan rápidamente.