La mañana siguiente en el Dominio de la Llama de Sangre, el alma de Oliver Walker, después de seis días de intensa meditación, de repente abrió los ojos.
¡Tuvo una epifanía!
¡Una epifanía completa!
Con solo un pensamiento, el mundo originalmente carmesí de la Llama de Sangre se transformó instantáneamente en un paisaje claro y hermoso, como si fuera un lugar celestial en la tierra.
—¡Debo salir ahora!
Oliver Walker se levantó, su comportamiento sufrió una transformación drástica.
¡Sus ojos parecían tan profundos como el abismo!
La Escritura Celestial Sin Palabras sonrió:
—¡Felicidades, bien hecho!
—¡Volveré otra vez!
Después de estas palabras, la Escritura Celestial Sin Palabras desapareció en el aire, y aunque Oliver Walker tenía un control absoluto sobre el Dominio de la Llama de Sangre, aún no podía entender cómo se fue.
Sin embargo, a Oliver Walker no le importaba eso; en su lugar, su alma regresó a su cuerpo, recuperando el control.