A la distancia, Mu Ye, que estaba cubierto por la luz sangrienta y huyendo rápidamente, reveló un atisbo de alegría. ¡Había tenido éxito! ¡Había escapado! A tal distancia, estaba seguro de que incluso la Espada que Divide el Cielo de Ye Chen no sería capaz de matarlo. Sin embargo, en el siguiente instante, ¡su sonrisa se congeló! ¡Un haz de espada en realidad entró silenciosamente en su cuerpo!
—No, ¡no es posible! ¡Tu técnica de espada no es tan fuerte! —Mu Ye rugió de manera desgarradora. La luz sangrienta en su cuerpo estalló salvajemente. Era la energía remanente del talismán de vida que estaba suprimiendo el haz de espada.