—¿Ye Chen es la mayor variable? —Wei Ying miró a Ye Chen con una expresión de confusión.
—¿Cuál es su futuro?
De repente, sintió fluctuaciones de aura a su alrededor. Sus ojos se volvieron fríos. —Ya que no puedo destruir a la Familia Dragón Santo, ¡hoy les asestaré un duro golpe!
Una espada de hielo se materializó en su mano.
En ese momento, el dedo de Wei Ying rasgó el espacio, envolviendo a Ye Luo y Ye Chen dentro.
A dónde fueron transportados no era importante, pero no podía permitir que ambos permanecieran allí.
De lo contrario, las consecuencias serían ciertamente peligrosas para ellos.
Después de completar esta acción, un fuerte viento barrió el cielo. Wei Ying marchó en una dirección determinada.
Antes de partir, quería que la Familia Dragón Santo y la Familia Mu del Reino Divino sintieran su ira.
...
Un día después.
En una destartalada cabaña de paja situada en la Región Oriental, Ye Chen yacía en una cama, mientras una chica adolescente estaba de pie junto a él.