—Mu Yan se encontraba a cierta distancia de Ye Chen —sus hermosos ojos fijos en él.
La escena era espeluznantemente silenciosa. Polvo y arena giraban alrededor en el suelo.
Los tres expertos demoníacos inspeccionaron sus alrededores. Ninguno podía entender la situación.
¡Tos tos!
En ese momento, dos voces emergieron. Dos expertos demoníacos se elevaron fuera del polvo.
—¡El tercero, sin embargo, ya había perecido!
En ese momento, Ye Chen había vuelto a su forma original. Su rostro estaba pálido y sus brazos temblaban ligeramente.
—Utilizar el poder de seis dedos había drenado casi toda la energía de su cuerpo —a pesar de esto, los otros dos expertos demoníacos no avanzaban, ya que no estaban seguros si lo que habían presenciado era una ilusión.
—¡Todo lo que Ye Chen mostraba era demasiado extraño!
—Si Ye Chen tenía trucos adicionales o podía todavía emplear el Dedo Demoníaco Celestial, ellos bien podrían perecer.