—Ja ja ja...
—Gu Tian se rió estrepitosamente hacia los cielos, su voz llena de espíritu dominante: «¡Qué acto tan noble el de 'hacer justicia en nombre del cielo' y ejecutar al demonio! ¡Hoy, nosotros mismos nos convertiremos en demonios y masacraremos a todos en la Montaña de Los Diez Mil Inmortales!».
—La voz de Linghu Wuxie retumbó: «¡Aquellos que no teman morir, que vengan a mí!».
—Parece que hemos estado inactivos durante demasiado tiempo, ¡todos ustedes han olvidado qué es el miedo!.
—Muy bien, hoy, ¡les mostraremos el destino atroz que les espera a aquellos que nos provocan!.
—Chu Junlin y Zuo Canghai también rugieron en voz alta.
¡Antes de que sus palabras siquiera terminaran!
¡Gu Tian, Linghu Wuxie, Chu Junlin y Zuo Canghai, todos ellos dieron un paso adelante!
¡Boom boom boom!
¡Los cielos estaban sorprendidos, las montañas y ríos temblaban, los ríos y arroyos estaban en tumulto!