En opinión de Ethan Smith, su ventaja era simplemente la dureza de su cuerpo caótico.
Sin embargo, esta declaración sonaba bastante extraña en los oídos de la Santa Williams.
—No hables sin sentido —ella miró a Ethan Smith de arriba abajo, reprendiéndolo suavemente.
Ethan Smith aún no había comprendido el problema. Miró hacia abajo a su cuerpo y dijo:
—Aparte de este cuerpo, no parece que tenga nada que pueda ayudarte.
La expresión en la cara de la Santa Williams se hizo aún más peculiar. Ella tomó un profundo aliento y dijo:
—Pero ¿no dijiste que eras un Maestro del Camino Divino? Puede que necesite tu ayuda en el futuro.
Ethan Smith se sorprendió, y luego entendió de repente.
Así que ese era su plan.
—Santa Williams, realmente quiero ayudarte, pero desafortunadamente, realmente no soy un Maestro del Camino Divino. Todo eso me lo dijo ese hombre con bigote —mintió Ethan Smith.
Santa Williams entrecerró sus ojos y preguntó:
—¿En serio?