El paisaje del Palacio de la Luna Helada es aún más exquisito y celestial en la noche.
A lo lejos, un arroyo aislado fluye suavemente, sus murmullos similares a melodías relajantes.
Ethan Smith se dirigió al puente, donde débilmente distinguió una silueta seductora apoyada en las barandillas en la oscuridad.
—Señor Smith, ¿aún no está dormido? —preguntó Santa Williams.
Antes de que Ethan pudiera decir una palabra, la Santa Williams inició la conversación.
Ethan respondió sorprendido, —¿Santa Williams? ¿Por qué está de pie aquí tan tarde?
Santa Williams se rió, —Igual que tú, incapaz de dormir.
Ethan se movió para estar junto a ella.
Como fantasmas en la noche, los dos parecían algo solitarios.
—Santa Williams, tengo algunas preguntas. Espero que pueda perdonarme si ofenden —dijo Ethan, inclinándose ligeramente.
Santa Williams respondió riendo, —¿Charlamos mientras caminamos?
—Sí —aceptó Ethan.