—¡Ocho Armas Santas colgaban en todas direcciones! —Ethan Smith no pudo evitar asombrarse ante tal extraordinaria exhibición.
Aunque estas ocho Armas Santas no estaban todas completamente restauradas, cada una era extremadamente preciosa.
—Como se esperaba de Ciudad del Cielo, tal muestra es simplemente inigualable en cualquier otro lugar —Ethan Smith estaba secretamente asombrado.
Muchas sectas principales serían afortunadas de tener un solo Arma Santa, pero comparado con Ciudad del Cielo, era como la diferencia entre las nubes y el lodo.
—¿Por qué necesitarían ocho Armas Santas en Ciudad del Cielo donde nadie puede usar la fuerza? —Ethan Smith estaba desconcertado.
¿Podría ser que alguien intentara tomar ítems en la subasta de Ciudad del Cielo? ¿O era simplemente una forma de que la subasta mostrara su poder?
Ethan Smith no pensó más, de todos modos, no tenía nada que ver con él.
Además, matar y tomar ítems aquí sería prácticamente imposible.