Ethan Smith abrió lentamente los ojos en un aturdimiento, mirando este mundo de la nada, ¡y sus ojos de repente se contrajeron!
No muy lejos de él, un joven desaliñado estaba apretando sus puños con fuerza.
No era alto, solo tenía unos catorce o quince años, con un aura muy débil. Podías ver débiles rastros de heridas en él, como si acabara de ser intimidado. Su frágil cuerpo parecía lamentable.
Pero fue este muchacho delgado cuyos ojos estaban llenos de una determinación increíblemente brillante, como si estuvieran en llamas.
El niño levantó lentamente la cabeza y miró al cielo alto lleno de nubes doradas, como ríos dorados en el cielo.
En él, Ethan Smith pareció haber visto un impulso invisible. Este poder era extremadamente conmovedor, como si ya hubiera presenciado su fuerza futura.
—Este muchacho... es Clayton Schmidt —exclamó Ethan Smith sorprendido.
¿Podría ser que el Escritura Inmortal Sin Rastro dejada atrás sea el rastro de la práctica de Clayton?