Los aullidos de los demonios se volvían más desoladores, el relámpago en las nubes negras más intenso, como si apuntara a obliterar todo a su paso.
Sin embargo, Ethan Smith no se inmutó. En cambio, sus ojos brillaban con una luz resuelta. Entendía que para entrar en el Reino de Verdadero Santo, debía enfrentar diversas pruebas y desafíos.
Se puso de pie, su cuerpo recto, sus pies caminando sobre el Vacío, pareciendo ser un pico de montaña firme enfrentando el aterrador cielo.
Ethan Smith miró a los demonios y las nubes negras en el cielo, sintiendo la infiltración de la malicia y el aura de la muerte. La voluntad de luchar ardía intensamente en su corazón, como una espada indestructible.
—Boom...
En este momento, la escena en el cielo cambió abruptamente de nuevo. Relámpagos oscuros se entrelazaron con las nubes negras, fusionándose con los demonios en las nubes, ¡volviéndose más formidables!