Idris Kalman entrando en el cuerpo

La manada de lobos permanecía relativamente tranquila en la oscuridad.

Bedirhan Leitner lanzó rápidamente el Sello de las Ocho Puertas, que cubría un radio de 30,000 millas, sellando toda el área.

Esta técnica podía suprimir a todos los seres dentro de su rango, reduciendo su poder en ocho pequeñas cimas comparadas con la suya propia.

Si el reino del oponente era mayor, el efecto se reduciría significativamente.

La repentina aparición de las ocho inmensas puertas alertó de inmediato a la manada de lobos.

—¡Humano! —Los lobos aullaron en respuesta.

—Comencemos. ¡Quiero ver cuánto han progresado ustedes tres! —dijo Braydon Neal—, y en un instante, lanzó su ataque.

Su objetivo era la figura más prominente: el alfa de los lobos.

El alfa estaba de pie en la cima de la montaña, su cuerpo completamente blanco nieve, con ojos oscuros penetrantes fijos en los intrusos.

Otros lobos salvajes trataban de bloquear su camino.