Había heredado el legado de su profesor, conectado con la técnica secreta de la vida anterior de Braydon Neal como Idris Kalman.
Con tal herencia, ¿por qué le importaría el legado de un dios prohibido?
Garvie Nantz había entrado en esta zona prohibida puramente por curiosidad.
Brogan Balfe miró a Garvie, con una pizca de duda en su corazón.
Hace apenas unos momentos, había detectado un destello de desdén en los ojos de Garvie.
¿Quién era este tipo?
El palacio divino era reverenciado por todos los dioses, sin embargo, los ojos de este joven mostraban desdén.
¿Podría tener un trasfondo poderoso?
Antes de que Brogan pudiera reflexionar más, una onda surgió de la zona prohibida detrás de él.
—¡Hermano Mayor! —exclamó Garvie con agradable sorpresa.
¡Boom!
Un aura poderosa barrió decenas de miles de millas.
Bedirhan Leitner, ahora un dios con una presencia imponente, se elevó al cielo, gritando: