—¡Piérdete! —El joven de barba rala colocó la botella de vino y escupió las palabras.
Tan pronto como habló, la lanza negra emitió una tenue intención de matar.
El aura se extendió alrededor de ellos, y el miedo se apoderó de los corazones de todos los expertos máximos presentes.
—¡Esa era la nitidez de un artefacto eónico! ¡Este hombre empuñaba un artefacto eónico! —El viejo zorro retrocedió aterrorizado.
—¿Aún piensas en irte? —El anciano con cuernos de ciervo estaba descontento.
Ocho de los expertos máximos de su raza estaban atrapados en territorio humano.
Si no podían abrirse paso para rescatarlos, es probable que esos expertos fueran asesinados y entraran en el ciclo de la reencarnación.
—¡Vamos! —un anciano oculto entre la multitud dijo fríamente—. ¡Salgan rápido! ¡No lo provoquen!
—¿Quién es él? —alguien preguntó.
El que los instaba a irse era en realidad un pájaro de una sola pata, una bestia antigua casi tan poderosa como los seres de la raza de los santos.