Cultivando la Espada

—¡Había pasado un año entero comprendiendo esta espada! —exclamó Braydon.

Un año completo de arduo trabajo para dominarla.

Aun así, la figura borrosa permanecía insatisfecha.

Con su intervención, el niño no estaba atrapado aquí. Le había llevado un año escapar.

¿Dónde iba a salvar la cara?

Braydon Neal ingresó al quinto espacio de la espada.

Mil millones de luces de espada convergieron en una.

En las manos de la figura borrosa, la espada cortaba y aniquilaba todo en su camino.

—¡Una espada que destruye universos! —exclamó.

Contarles estrellas se convirtieron en polvo.

El universo entero colapsó.

La consciencia de Braydon se dispersó, pero rápidamente la recuperó.

Su rostro palideció, y el golpe de la espada dejó un rastro de miedo en su corazón.

—¡Era aterrador! —murmuró para sí.

Y sin embargo, en los ojos de Braydon había determinación.

Su corazón del camino no se quebraría tan fácilmente.

Disipó ese atisbo de miedo y comenzó a comprender la quinta espada.