Braydon Neal miró al anciano frente a él y se inclinó ligeramente.
—Lige Guay saluda al Señor Árbol.
El Árbol Abuelo, sosteniendo al Bebé en sus brazos, asintió. De repente, una mesa apareció frente a Braydon.
—Siéntate. Eres un invitado—no puedes quedarte ahí parado de esta manera.
Braydon asintió en agradecimiento y tomó asiento en la silla que se materializó detrás de él.
—Escuché que viniste a encontrarme para entender ciertas cosas? —Abuelo Árbol preguntó amablemente, con la mirada fija en Braydon.
—¿No vas a preguntar sobre mi identidad? —Braydon inquirió suavemente, estudiando al anciano.
—Jeje, puede que no conozca tu verdadera identidad —el Árbol Abuelo se rió—, pero tu nombre, Lige Guay, parece falso—no, a veces parece como si fueras completamente falso frente a mí.