Fin de la boda

El cuerpo de Chu Cichen estaba realmente débil.

Solo al ponerse de pie se sentía mareado.

En ese momento, una mano firme y poderosa apoyó su brazo, y luego se escuchó la débil voz de una mujer:

—¿Qué te pasa? ¿Tuviste hipoglucemia por perder peso? —preguntó.

Chu Cichen se detuvo ligeramente y miró a Shen Ruojing. Sonrió y dijo:

—Bueno, quizás.

Ella incluso se inventó una excusa para él.

Chu Cichen le dio una palmadita en la mano a Shen Ruojing y dijo:

—Yo saldré primero y te esperaré.

—Está bien —respondió ella.

Chu Cichen fue al escenario y escuchó atentamente las palabras de la presentadora, prestando mucha atención a cada frase hasta que la presentadora anunció:

—¡Por favor, denle la bienvenida a nuestra novia más hermosa!

Él miró ansiosamente hacia la entrada.

Las luces se encendieron.

La puerta se abrió.

Shen Ruojing, apoyada por Shen Yuansong, entró lentamente desde la entrada.